lunes, 10 de diciembre de 2012

Porvenir, Ángel González


2 comentarios:

  1. Desde mis años de adolescencia venía arrastrando una pequeña dolencia que se me instalaba en el estómago los domingos, a eso de las 7 de la tarde, y que hacía que me enfrentase a la semana con más pereza que entusiasmo y con más incertidumbre que optimismo.
    Ahora, cuando los domingos por la noche apago la luz al irme a la cama me descubro sin dolencia y con una sonrisa en la boca que me recuerda que mañana tendré mi siguiente entrega de Los Lunes Poéticos.
    Gracias Comisión de Biblioteca

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  2. Muchísimas gracias, estas cosas que dices son las que nos dan ánimos para seguir adelante con el proyecto. Te animo a que tú también participes.

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